martes, marzo 28, 2006

DESARROLLO, DEMOCRACIA,

El modelo Español en el contexto europeo
Algunas cuestiones

Por Norberto Spagnuolo di Nunzio
Diplomado en Ordenación del Territorio
Diseñador Urbano

1 / ALGUNAS CIRCUNSTANCIAS GENERICAS:
La industrialización, el desarrollo, la era mundial de las comunicaciones, la organización aún perversa del libre mercado, la explotación liberal de la economía de escala, en definitiva la globalización, parecen haber traído consigo, no sólo en las metrópolis mundiales y sus territorios nacionales, sino incluso en los países dependientes y subdesarrollados, casi siempre con mas virulencia, el fenómeno de la concentración de la población en áreas urbanas cada vez más grandes, con el consecuente despoblamiento del interland, el resto del territorio, que queda como espacio rural, abandonado o en explotación de las riquezas naturales, y a veces, con suerte o sabias políticas, como espacio natural preservado. Eso hace que pueda hablarse casi de una ley física en lo que hace al territorio y su desarrollo histórico en relación a su poblamiento: A mayor desarrollo, mayor concentración, con mayor desequilibrio territorial y despoblamiento interior. Fenómeno iniciado en los albores de la historia con la aparición de los cultivos, la ganadería, y la fijación de los habitantes, y que se expande de una manera brutal a partir de la revolución industrial. Hasta entonces, podríamos hablar de territorios relativamente equilibrados apoyados en la explotación de las riquezas naturales a pie de familia o población, ausencia de grandes capitales masivos y concentración de actividades, salvo en los procesos de colonización, monocultivo, esclavismo, etc.
En 1965 -¡40 años atrás!- se publicó un recopilatorio de textos acerca de La Ciudad y su capacidad de aglutinación y desarrollo, y respecto de la galopante urbanización del mundo, incluidos los países del segundo, tercer y cuarto estadio de desarrollo (o subdesarrollo). En su prefacio se hacía la siguiente aseveración:
"Ya es fácil prever que la mayoría de la población de nuestro planeta vivirá pronto concentrada en grandes ciudades. El 70 % de los ciudadanos norteamericanos, así como análogos porcentajes de los habitantes de otros países industriales, habitan ya hoy en enormes centros urbanos. Y se da el caso de que, precisamente el 50% de las mayores ciudades del globo pertenecen al mundo subdesarrollado. Si el proceso de urbanización continúa desarrollándose al ritmo actual (así ha seguido siendo, y aún con mayor aceleración), la mayoría de la población mundial estará concentrada a finales del presente siglo, en ciudades de 100.000 habitantes para arriba"
En el último de los capítulos de este libro, editado por Scientific American, Kevin Lynch plantea la siguiente cuestión:
"Imaginémonos por un instante que el crecimiento de la población, y la evolución de la tecnología, han conducido a la urbanización de todo el globo terráqueo...¿Cómo podríamos hacer de ese mundo totalmente , un lugar más humanizado?"
Si bien es evidente que esta fantasía futurista está aún muy lejos de cumplirse, tanto como la pronosticada por Malthus, no es imposible que en ese relativamente lejano futuro la humanidad viva parcialmente concentrada en gigantescas conurbaciones a nivel de región, con asimismo gigantescos y vacíos interlands destruidos en sus condiciones geográficas históricas, vaciados de riqueza, y calidad medioambiental, algo que ya mismo está ocurriendo en algunos lugares, a menos que consiga impedirse o relativizarse con acuerdos a nivel global. Sin embargo, las soluciones que el mismo Kevin Lynch postulaba para ese improbable futuro que el mismo reconocía como exagerado, se han convertido en parte en la realidad de nuestros dias, las manchas o conjuntos de centralización comercial autónoma ocupando parte del teritorio y liberando espacios "ambientalmente sanos" en teoría, es decir, la ciudad dispersa. Lynch lo contaba de la siguiente forma:
"La precedente exposición de la realidad urbana nos sugiere la necesidad de un doble programa: a) Conservar y reanimar los centros antiguos (o ayudarles a desaparecer airosamente), y b) estimular, en otras áreas, mediante el ofrecimiento de un amplio campo de actividades, la aparición de nuevos centros. MI objetivo final sería un sistema (aplicable a todo el ámbito de la ciudad), de centros fuertemente diferenciados y compactos, cada uno de los cuales vendría reforzado por una elevada densidad de inmuebles residenciales y por nuevas instituciones educativas y recreativas. El asentamiento de dichos centros tendría carácter permanente, lo que de paso contribuiría a imprimer a "la ciudad" (entrecomillado nuestro) una continuidad en el tiempo; si bien, por otro lado, dichos centros serían suceptibles de transformaciones que reflejaran, en cuento a sus forma, la corriente de nuevas actividades y de nuevas aspiraciones urbanísticas." (Kevin Lynch, La ciudad como medio ambiente. En LA Ciudad, Scientific American. Alianza Editorial, Madrid, 1967)
Gran parte de este ideario, que refleja la forma de vida norteamericana, se ha cumplido en las areas metropolitanas de casi todo el mundo. En el apartado 7, damos una referencia del desarrollo histórico de los Centros Comerciales y de Servicios y de su capacidad de centralización o vaciamiento del territorio.

2 / LA SITUACION ACTUAL SEGUN LAS CONCLUSIONES DEL IV CONGRESO INTERNACIONAL DE ORDENACION DEL TERRITORIO (2003): España y Latinoamérica.

Este Congreso tuvo lugar en Zaragoza, España, a mediados de 2003. La organización del mismo y el resumen de conclusiones estuvo a cargo de la Fundación para la Ordenación del Territorio, grupo de expertos pluridisciplinares vinculados al desarrollo del territorio, su preservación o análisis. Extractamos algunas de dichas conclusiones.
" La ETE (Estrategia Territorial Europea), aprobada en Potsdam, Alemania, en 1999, persigue los objetivos de conseguir la cohesión económica y social, la coservación y gestión de los recursos naturales y del patrimonio cultural, y la competitividad más equilibrada del territorio europeo. Para alcanzar estos tres objetivos establece que es necesario lograr un sistema equilibrado y policéntrico de ciudades, garantizar en todo el territorio un acceso equivalente a las infraestructuras y al conocimeinto, y llevar a cabo una gestión adecuada de la naturaleza, así como la protección del patrimonio cultural" (Punto 4)
"Se han detectado claras insuficiencias, contradicciones y resultados insatisfactorios en el desarrollo urbano y territorial en los países industrializados, y en concreto en España. De hecho, frente a un deseable modelo de crecimiento espacial equilibrado (tanto en términos urbanísticos, como sociales y territoriales) que fuera coherente con un desarrollo sostenible, la realidad manifiesta una ocupación territorial difusa, indiscriminada y, hasta cierto punto, caótica. Las desigualdades territoriales, sociales y económicas y el incremento de la insostenibilidad del modelo de desarrollo son efectos asociados a esta dinámica. En este marco se constata que la capacidad de innovación no es exclusiva de las metrópolis mundiales y de las ciudades globales. Hay ciudades medias y pequeñas que están haciendo un esfuerzo innovador, una apuesta por la competitividad, la eficacia y el crecimiento, con la ventaja de que son más habitables." (Punto 10)
"En la actualidad, el proceso de crecimiento difuso y de dispersión urbana se sigue incrementando, generando externalidades difícilmente asumibles a corto-medio plazo, mientras que a su vez se produce un abandono o, como mínimo, una falta de atención a los centros urbanos que terminan por marginalizarse, terciarizarse o ambas cosas a la vez. Se trata de apostar más por la intervención en la ciudad consolidada, y menos por la creación de nuevos desarrollos urbanísticos, buscando un equilibrio entre la mejora y reconversión de la ciudad existente, y la disposición de nuevo suelo urbano. En todo caso, la sostenibilidad del desarrollo implica una perspectiva integradora de lo urbano y lo rural." (Punto 11)
"Cada vez estamos más inmersos en un territorio de redes, y no solamente en una geografía o territorio de lugares. (...) Ha de plantearse en cada territorio la conveniencia o no de establecer corredores territoriales para varias infraestructuras y la importancia de un enfoque multimodal del transporte, que incluya una consideración detallada de los efectos negativos que acarrea la preponderancia de la carretera sobre los demás modos del transporte" (Punto 17)
"La participación de los actores económicos y sociales en la elaboración de los instrumentos de ordenación del territorio y en los procedimientos de toma de decisiones con trascendencia territorial, precisa de nuevas fórmulas, como podría se la de incorporar un modelo de encuesta, (...) En todo caso, la participación e implicación de los ciudadanos es fundamental para garantizar la aplicación de modelos de desarrollo más sostenible y equilibrado. La participación ciudadana añade elementos de democracia a la delegación mediante representación." (Punto 23).
Conclusiones redactadas por los co-presidentes del IV CIOT: Vicente Bielza de Ory y Antonio Serrano Rodriguez. Este último, fundador de FUNDICOT, es actual Secretario de Estado para el Medioambiente y la Biodiversidad, y principal impulsor de la retirada del Plan de Trasvase de aguas Ebro/Levante español, auspiciado en su momento por el gobierno del Partido Popular.

3 / COMO VIVIAMOS, O VIVIMOS, EN MADRID: Pues Ordenadamente desencajados.
El ilustrado arquitecto Chueca Goitia, don Fernando, ha dejado dicho que la estructura funcional y ecológico social de Madrid es como un queso en porciones tergiversado por el espíritu espacio temporal de algún visionario cubista o futurista. Es decir, que nos amasijamos, según él, diaria y tozudamente en un sistema a gajos radio concéntricos de carácter imperfecto, partido por un eje este oeste que, pasando por Atocha, separa el norte del sur, a los ricos de los pobres. Nos advierte don Fernando que ésta no es la estricta realidad, pero, como todos los esquemas, la resume y explica medianamente. Es bueno que sepamos a qué atenernos. Cada cual es como es y según donde esté, así es más fácil reconocerse.
- Yo vivo en el sector de corona exterior del radian de clase media perteneciente al cuarto creciente noroeste. ¿Y tú?
Si resulta que nuestro interlocutor habita bajo la misma y geométrica descripción, ya puedes empezar a intimar con él, o ella. En caso contrario, tus relaciones sufrirán tantos altibajos que más te valdrá olvidarlas. No es que el otro sea una mala persona, o que sus biorritmos no coincidan con los tuyos, lo que sucede es que, si por ejemplo, el congénere habita en la corona menguante del radian opuesto, las posibilidades de verlo serán mínimas e imposible, por lo tanto, llegar a conocerlo a fondo; además, seguro que interpreta el mundo de otra manera.
La vivienda -y su política- han sido definidas en un reciente estudio como un sistema de fijación y control del ciudadano, abandonado por otra parte a su propia capacidad de ubicuidad económico espacial, o paternalmente reconducido. La nueva gestión socialista (Nos referimos al ayuntamiento gobernado a partir de 1979 por la entente PSOE/PC, y al Plan General de Madrid de 1985), intentaba democratizar el espacio social de la ciudad, de forma que las porciones desencajadas se fueran aquietando, posmodernizando ordenadamente, repartiendo mejor el contenido en grasas del queso. Incluso se supone que el tejido social debería haberse tornado más diverso en cada trozo, así que termináramos cohabitando con la señorita del barrio de Salamanca en nuestro propio tugurio mejorado. Es un decir. O que en cada güeto local florecieran retoños de clase media; es otro decir. No quiero seguir imaginando posibilidades tan locas que escapan a las realidades macro estructurales de esta sociedad. De todas formas, algunas de estas cosas están pasando hoy mismo, como hechos aislados derivados de la voluntad y calidad de las personas.
Siempre existe el recurso de que ambos se mediaticen en el centro, esporádicamente claro, con voluntad, esfuerzo y gastos adicionales. Por eso es que se mantiene el llamado "Centro comercial dominante", porque es lógico que al que algo quiera, algo le cueste. Para resolver esta controversia se está potenciando el centro como lugar habitable y memoria histórica de la ciudad, de forma que todos podamos estar en él, creo. Lo cierto es que como hay tanta demanda y tanta rehabilitación de palacios, se está poniendo por las nubes y nos tememos que nunca podremos cohabitar en é1 con señoritas que pertenezcan al "suburbio disperso de clase inferior", allá en el lejano sur.
Por el momento, el sistema de don Fernando sigue tal cual, apto para representar idealmente esta ciudad a pesar de lo que incordian los ciudadanos por debajo del paralelo de Atocha, o lo que protestan los de arriba. Al menos, los primeros han conseguido no moverse de su sitio a la espera de mejores tiempos.
La siguiente pregunta es: ¿Nos encontraremos algún día en algún lugar y al mismo nivel?
Esta es la cuestión. (Norberto Spagnuolo, Publicado en "Dehesa de la Villa", Madrid)

4 / DEL FRANQUISMO A LA ACTUALIDAD: La lucha por la ciudad y la vivienda durante la transición política.
La acción urbanizadora durante el franquismo se centralizaba para todo el territorio a través del Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo. Hoy casi todas sus competencias están transferidas a organismos similares dependientes de cada autonomía o nacionalidad territorial. Así mismo, de una única Ley del Suelo que regulaba la acción urbanizadora y de desarrollo de las poblaciones y sus infraestructuras, se ha pasado a una amplia variedad de textos legales, de menor rango, que canalizan las necesidades y condicionantes sociales, económicos y políticas en cada una de esas autonomías respecto a las facultades y procedimientos para el desarrollo del suelo y las poblaciones. No todas ellas disponen aún de esos documentos, y en otras están en elaboración o ajuste, por ejemplo la propia Ley del Suelo de la Comunidad de Madrid, entre otros, sufre continuas transformaciones y ajustes en relación al color político del gobierno de turno. Aparte de ese documento normativo generalizado que define las normas y condicionantes para desarrollar la ocupación del suelo, sus limitaciones, las proporciones de servicios educativos, sociales, de salud o de expansión y recreo, o los distintos niveles de planeamiento, desde el Plan Director de Coordinación Territorial, a los Planes Especiales, Parciales o los Estudios de Detalle, así como los documentos obligatorios que deben redactarse y su tramitación, existe una legislación general nacional o autonómica sobre temas de infraestructuras, como las redes viarias, de comunicación, distribución eléctrica, de comercio, reserva de vías pecuarias, o la protección de cauces fluviales y costas, algunas de las cuales, como ésta última, son de estricta responsabilidad del gobierno central.

4.1. La Legislación:
La Ley del Suelo de nivel nacional fue reformada varias veces, las más importantes en el año 1971/73, y ya en plena democracia a mediados de los años ochenta, para recibir él por ahora último ajuste en la segunda mitad de los años noventa, bajo el gobierno conservador del Partido Popular. Los temas más importantes debatidos en estas últimas reformas han sido los de tramitación de la documentación, con nuevas competencias de nivel municipal, los de reparto de los beneficios y cargas de la acción urbanizadora, incluso con complicados mecanismos de cálculo o gestión, o la redefinición en la protección de valores medio ambientales e históricos (paisaje, valor ecológico del suelo, arqueológicos, de explotación ganadera, del subsuelo, de las aguas, etc.) En este último caso, la última reforma propició una acción liberadora sobre las posibilidades de urbanización para cualquier terreno no especialmente protegido, siempre que su solicitud fuera convenientemente apoyada con la resolución de los problemas planteados y con facultades municipales para su denegación o aceptación. En la práctica, esto significa hipotecar cualquier estudio de crecimiento y desarrollo de las poblaciones, sus viviendas, infraestructuras y servicios, que sea convenientemente meditado, dado que la propiedad del suelo tiene rango de definición superior al simple interés colectivo, así como de aprovechamiento racional de los recursos naturales y económicos disponibles.
Para el tratamiento pormenorizado del desarrollo urbano, el suelo a clasificar se subdivide en Urbano, Urbanizable Programado y No Urbanizable, éste último con especiales o generales condiciones de protección según sus usos y características. El desarrollo de las poblaciones o la implantación de núcleos urbanos de nueva creación queda sujeto, en todas las legislaciones urbanísticas, al estudio, desarrollo y aprobación de los llamados PLANES GENERALES DE ORDENACIÓN URBANA, cuyo ámbito de actuación es el territorio municipal íntegro. Por arriba de estos, se puede actuar a través de PLANES DIRECTORES TERRITORIALES (o de Coordinación), que definen las formas de desarrollo y localización de actividades, servicios e infraestructuras en sistemas territoriales con integración previa o necesaria: regiones, comarcas, áreas territoriales económicamente vinculadas, o dependientes de grandes infraestructuras, etc. Por debajo de los primeros, definiéndose como el instrumento normativo y técnico de su desarrollo espacio temporal más ajustado, aparecen los PLANES PARCIALES o ESPECIALES (de desarrollo del Plan General, de Reforma Interior, de Protección Histórica, de Infraestructuras, etc.). Y aún, en último lugar y para actuar sobre suelo ya urbano, y de forma sistemática dentro de la conformación existente o ajustándola, aparecen los ESTUDIOS DE DETALLE, ORDENACION DE VOLUMENES, y UNIDADES DE EJECUCIÓN en Suelo Urbano, con los que se trata de rehacer o aquilatar el desarrollo en entornos urbanos pequeños y específicos que incluyan más de una unidad parcelaria, una necesaria cesión por equipamiento, la reforma o apertura parcial de la red viaria o la adaptación a lo previamente construido. Como es de suponer, el acceso a la programación y desarrollo planificado del suelo sólo está al alcance de las instituciones administrativas, nacionales, autonómicas o municipales, teniendo estas últimas la facultad de actuar y gestionar respecto al planeamiento general municipal y parcial. Además de ellos, tienen facultades las grandes empresas y corporaciones privadas, los titulares del suelo, de forma individual o conjunta, y una última reforma se lo acaba de otorgar también a los promotores, aún no siendo titulares del suelo o de derechos sobre ellos. Es muy difícil, por lo tanto, que un pequeño propietario particular, sea urbano o periurbano, pueda asumir cierto rango de acción sobre el desarrollo urbano que vaya más allá del nivel de actuación directa, es decir de la construcción en un solar, o el de la participación en una Unidad de Ejecución o de Actuación Urbana.
El desarrollo urbano, el urbanismo, entendidos como proceso de construcción de ciudad, legal y económico, salvo contadas excepciones como en los casos de los sistemas cooperativos o sindicales, no puede ser abordado por las clases populares directamente, aunque las leyes del suelo, desde las reformas democráticas, prevean mecanismos de participación y consulta para su aprobación definitiva, que sin embargo raramente sirven, por desconocimiento o falta de información, para una real presencia de la opinión y acción de la sociedad civil en la conformación de las ciudades.

5 / UN EJEMPLO CONTRADICTORIO: Madrid, la Remodelación de Barrios. 1979 / 1999
La Transición Política en España, realizada no como ruptura total con el pasado sino como un intento de conciliación política histórica con base democrática, produjo sin embargo innumerables ejemplos de la voluntad popular por recuperar la posición de dignidad social y participación que la historia social y política del franquismo le había negado. Al mismo tiempo, fue nicho de aclimatación para la lucha política de los partidos que aspiraban a integrar, sobre todo desde la izquierda represaliada en la posguerra, la base social e interclasista del futuro. El derecho a la ciudad, a su control o desarrollo, a una vivienda digna, a un trabajo remunerado y continuo, se convirtió en una de las aspiraciones y frentes de lucha más activos durante el período de la transición y los inicios formales de la democracia, y prácticamente abarcó todo el territorio español, pero en particular y lógicamente se encarnó en los habitantes de los barrios obreros o de la incipiente nueva clase media de las principales ciudades: MADRID, BARCELONA, VALENCIA Y BILBAO. El Movimiento de Barrios se lideró a través de las preexistentes Asociaciones de Vecinos o de Cabezas de Familia, admitidas por las últimas reformas tardo franquistas de la Ley de Asociaciones, donde se integró lo más granado de las bases y líderes obreros y políticos de la izquierda, acompañado o coprotagonizado por intelectuales, estudiantes, amas de casa, técnicos y jóvenes, estudiantes o no, de similar adscripción.
De todas formas, existía un problema real que amenazaba con la expulsión de la mayoría de los históricos habitantes de los barrios obreros que los habían construido u ocupado durante los años del desarrollismo y la inmigración forzada desde el interior depauperado hacia las grandes ciudades. Habitantes en su mayoría procedentes de las provincias más desfavorecidas de Extremadura, Andalucía, Castilla Vieja y Nueva, o de Galicia. Habitantes que habían construido sus viviendas por las noches en un Madrid en imparable crecimiento, y que habían ido mejorando solidaria y paulatinamente sus entornos, pero que nunca, en la mayoría de los casos, habían conseguido integrarse del todo en la vida de la ciudad. Entornos que habían quedado englobados poco a poco en la nueva ciudad, a veces ocupando situaciones de proximidad al centro, con sistemas de urbanización desarrollados con enormes sacrificios, arrancados a las políticas municipales, y que de pronto pasaban a ser presa fácil de los intereses especulativos de los empresarios favorecidos por el régimen que, aprovechándose de sus vinculaciones, situación económica y capacidad financiera, pretendían desarrollar, merced a la interpretación laxa de las disposiciones legales, nuevas urbanizaciones para clases económicas de mayor poder adquisitivo, y con ello proceder a la expulsión de la mayoría de los habitantes populares en enclaves ya muy próximos a la centralidad. La operación se completaba merced a la compra de las viviendas de algunos, los más ávidos, el registro fraudulento de otras, o la integración de los antiguos dueños del suelo, que había sido ocupado por los inmigrantes, como asociados. Con ello y con la posibilidad de derechos futuros sobre el suelo restante, se procedía a proponer y tramitar nuevos planes de ordenación que en su mayoría resultaron aprobados inicial o definitivamente por las autoridades franquistas.
Fue entonces cuando la lucha decidida y conjunta de vecinos, partidos políticos, asociaciones, técnicos y asociaciones de técnicos, abogados laboralistas, sociólogos, etc. consiguió frenar los procesos de nuevos desarrollos hasta la aprobación de los nuevos textos democráticos (1978), la constitución del nuevo estado nacional (1977/79), y la entrada masiva en los ayuntamientos de las nuevas autoridades, ligadas en su mayoría a la izquierda a partir de las primeras elecciones municipales democráticas (1979). Comenzó entonces a reclamarse, y a conseguirse paulatinamente, la reforma y mejora de las antiguas viviendas, el renovar y completar la urbanización, el reequipamiento de los barrios, y por fin la derogación legal de los planes de expulsión y nuevo desarrollo, en especial recurriendo a la argucia legal, poco utilizada normalmente, del vencimiento de los plazos legales de ejecución de los mismos. En 1979 se consigue a través de una gran movilización que afecta a casi todos los barrios obreros de estas ciudades, la firma de un convenio para su reforma y el realojamiento de los vecinos que habitaban en forma precaria, hacinados o subalquilados. Dieciséis barrios en Madrid a los que luego se suman otros 12, y algunos pocos algo más tarde. En Madrid estos barrios se extienden principalmente en un amplio abanico situado al sur-suroeste de la ciudad, entre la primera y segunda periferia urbana, e incluso ocupando localizaciones históricas prácticamente destruidas por las acciones de combate durante la guerra civil, y posteriormente ocupados, como hemos visto, por inmigrantes marginales de las regiones más pobres del país. La agrupación de Asociaciones de Vecinos, reunidas en la Federación Madrileña, por citar uno de los ejemplos más conocidos, consigue incluir en el convenio firmado con el Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo gestionado por representantes liberales del gobierno de la UCD, la participación de sus propios técnicos con una representación del 50 %, mientras que el resto de técnicos eran aportados por el Instituto de la Vivienda de Madrid, responsable del seguimiento y control de todo el proceso. En la práctica, todos los proyectos, tanto de nivel urbanístico como arquitectónico, fueron asumidos por los técnicos de las distintas asociaciones locales, y las obras fueron codirigidas por ambas partes, pero con la obligada supervisión de un comité de vecinos expertos, en realidad trabajadores activos o jubilados de la construcción, cada uno con su especialidad. Todo el proceso requería grandes debates, tanto en el seno de las Asociaciones, entre vecinos y técnicos, como en los órganos de la administración y gestión. Cuando no era posible hacer aprobar decisiones asamblearias por los órganos de la administración, se emprendían acciones de presión en la vía pública, en los plenos municipales y hasta en el Congreso de Diputados, o se movilizaba a los órganos de prensa, radio y televisión.
El proceso quizás aún no ha terminado del todo, quedando por construir algunos pocos cientos de viviendas al cabo de más de veinte años. La mayor parte de los barrios se han terminado, representando un hito respecto a las ideas de cómo construir ciudad, integrar a las poblaciones marginales -existían comisiones especiales para la distribución residencial entre las distintas culturas y grupos sociales-, o abrir nuevos horizontes laborales de integración para personas que eran por lo general trabajadores eventuales, o para niños mayoritariamente sin escolarizar. Se han reconstruido o hechos de nuevo cerca de 30 barrios en Madrid, dando residencia, en alquiler o en venta a precios sociales, a más de 285.000 personas. Finalmente, todas las personas implicadas desde la gestión popular confluyeron en la realización de estudios sistemáticos del después de: después de hecho, después de habitado, después de utilizado, etc. Muchas de las soluciones sirvieron en parte para acometer las líneas teóricas del Plan General de Madrid de 1985, conducido por los mismos técnicos que habían apoyado y luchado conjuntamente con todo el movimiento de barrios.

6 / BUENAS PRACTICAS EN ACCESIBILIDAD: Jornadas en Madrid 2004.
La Organización ONCE (Ciegos de España, que integra otras minusvalias), junto a la Comunidad Autónoma y Ayuntamiento de Madrid, han desarrollado el Libro Blanco de la Accesibilidad urbana, un intento de aportar a la ciudad calidad ambiental y social con participación y resolución de problemas para los minusválidos en general. Las propuestas abarcan una serie de temas, muchos de ellos de carácter técnico de movilidad y accesibilidad, vehicular o peatonal, acceso a la vivienda y servicios, etc., y otros muchos dirigidos a mejorar las condiciones genéricas de habitabilidad y enriquecer el madio ambiente. Me refiero en particular al concepto de "CIUDAD INCLUSIVA", una ciudad para todos, o al retomado desde Xavier Estévez como "CIUDAD ENCONTRADIZA", es decir, según sus propias palabras, una ciudad de encuentros múltiples, una CIUDAD PARA TODAS LAS PERSONAS. También hay que hablar de las postulaciones y experiencias de Francesco Tonucci respecto a la necesaria presencia de los niños en la ciudad, y su aportación al diseño de la misma: ir a la escuela caminando, a la compra, a jugar, o la ciudad como juego, etc. Y por supuesto en cuanto a la propuesta sobre el futuro de las ciudades como reivindicación del espacio público, la rotura del fraccionamiento urbano, la accesibilidad para todos, la participación ciudadana, o la creación de "redes" que atraviesen el tejido urbano y lleguen a todas partes. Redes, sistemas, canales, la accesibilidad como una cadena integrada e integradora.

7 / AREAS CENTRALES Y COMERCIO: Constructores y deconstructores de Ciudad.
Los Centros Comerciales cerrados modernos comienzan su andadura hacia la segunda mitad, último tercio del siglo pasado. Coinciden con las primeras exposiciones universales, Londres, Paris, etc., con el desarrollo de las nuevas técnicas necesarias para la construcción de grandes vanos -hierro laminado, hormigón armado- y con el asentamiento y aumento numérico de la burguesía, la industrialización, y la proliferación del comercio marítimo. Los ejemplos históricos hay que buscarlos en occidente, Grecia y Roma (Ágora), o los Mercados de la Edad Media. En Oriente, Bagdad, Damasco, Constantinopla (Bazares y Cashbah o Medinas). Los Bazares, que aún perduran y son famosos, son el equivalente del Centro Comercial cerrado en los países de clima caluroso extremo; su organización, sin embargo, es muy disímil de la actual en occidente y se limita a un recorrido más laberíntico, no jerarquizado, con algunos puntos referenciales. En Occidente se inicia modernamente con las Galerías Comerciales Cubiertas, que incluyen todo tipo de comercio aunque sin alimentación en un principio, que se relegaba a los mercados cerrados y abiertos Londres, Paris, Milán. Buenos Aires tiene ejemplos de esa época o de principios de siglo de referencia anglosajona o centropeuropea, que en la actualidad se han transformado en modernos Centros Comerciales Cerrados Integrados Galería San Martín, Galería Pacífico. En la mayoría de barrios de Buenos Aires, así como en su centro urbano, la mayor parte del comercio ocasional, de ocio y restauración, se aglutino en ese tipo de Galerías o Centros, de varias plantas o en sistema paisajístico, desniveles, alturas, rampas, patios, y con accesos múltiples.
Todos estos primeros Centros comerciales fueron preferentemente Urbanos y de Centralidad, aprovechándose de la circulación y densidad preexistente en ese tipo de zonas. Ya antes de la Segunda Guerra Mundial, y en la década siguiente a la misma, tuvieron auge en el mundo anglosajón cultural y políticamente dominante, y en la Europa central y norte más desarrollada, Italia, Francia, Alemania, Países Nórdicos, las grandes centrales o almacenes comerciales donde predominaba lo ocasional -ropa, deportes, muebles, enseres-, para después ir incorporando alimentación, servicios y todo tipo de productos. Surgieron las primeras cadenas nacionales y luego multinacionales: HARROD´’S, GATH & CHAVES, TOW HOUSE, MARK & SPENCER. LAFAYETTE, L’ RINASCENTE...ETC. Muchas de ellas bajo la denominación genérica de Casa, Galerías o Almacenes. En España Galerías Preciados, El Corte Inglés, Almacenes Arias, SEPU, etc. Esas denominaciones genéricas, amparaban sistemas compactos, muy urbanos, ocupando parte o la totalidad de manzanas en las áreas centrales, integrándose en la imagen de la ciudad aunque aportando calidad y amplitud constructiva con referencias a veces a la imagen de las casonas o palacios barrocos o neoclásicos, que en EE.UU., Alemania y Suecia terminaron por modernizarse y ajustarse tipológicamente -Arquitecto Sullivan, Chicago-, y con distribución por plantas con 5, 6 y 7 alturas, comunicación vertical por escaleras, ascensores y escaleras rodantes. Es la imagen y funcionalidad que en España mantienen todavía las sedes antiguas de El Corte Inglés.

8.1 / Tipologías Modernas:
Después de la Segunda Guerra Mundial, los modernos centros comerciales cerrados, comienzan a ser de centro ciudad o de periferia, alentados ambos por la renovación constructiva producto de las devastaciones de la guerra y de las nuevas ideas de descentralización urbana (Los casos más específicos se han dado en los países más dañados por los bombardeos: Europa del Norte sobre todo), y en los más evolucionados socialmente (Escandinavia principalmente). Se proyectan como sistemas espaciales complejos, con varios niveles funcional y visualmente interconectados, recurriendo a efectos de escenario, luz, sonido, imagen futurista, y espacios de vinculación e integración (esto último en los ejemplos más actuales), y parten de las ideas arquitectónicas racionalistas de pre y posguerrra (Congresos CIAM). Cada ve más se diseñan de forma muy meditada, dosificando el tipo de mezcla comercial y de ocio más adecuada, fijando las localizaciones según tipo de oferta, recorrido y superficie, utilizando como “locomotora” o elemento de atracción masiva de consumo, bien a la distribución minoritaria de alimentos (Caso de Europa/ EE.UU.), bien a la restauración (Caso de Argentina, Italia), o bien al ocio y al recreo (salas de juego, cines teatro, café concert, cabaré, etc.). O integrando a todas ellas.

8.2 / Condicionantes:
En función de su localización, en una sociedad metropolizada, cada vez más móvil y dispersa pero próxima a los grandes centros de producción, interconcectados por sistemas de transporte variado pero con preferencia del automóvil particular y las autopistas, difieren relativamente los Centros Comerciales Cerrados netamente urbanos o centrales de ciudad, de los suburbanos o periféricos. Los primeros se aprovechan de la ciudad ya construida, histórica o equilibrada, aglutinante y dinámica. Los segundos contribuyen a crear esas condiciones de centralidad nueva, a articularla, situándose muchas veces en suelo aún no desarrollado, más económico por lo tanto, adquirido a veces a precios de suelo rústico, para desarrollado mediante planeamiento específico o puntual, muchas veces integrado forzadamente o incorporándose tardíamente al nuevo planeamiento general. (Planes parciales de Huesca, Almería, Zamora-Valderaduey, Pozuelo-Hipercor, Avila-Zurra II, etc.). Por sus situaciones, mercados de abastecimiento, accesibilidad , y áreas de demanda posible, son diferentes, incluso en su concepción formal y escénica. También varían de tamaño, y aunque sus programas incluyen aspectos similares, la distinta capacidad de demanda modifica o regula el tamaño máximo. Este varía desde los 10.000/12.000 m2 hasta los 45.000/55.000 m2., y aún más. (El llamado Centro Cívico Comercial AZCA de Madrid, abierto, planificado a comienzos de los 70 como la nueva centralidad exógena al Madrid histórico, se desarrolla sobre más de 3,00 has. e integra diversos centros cerrados de comercio: Madrid, Cortefiel, etc.). Los Centros Comerciales de la Ciudad Central, saben que cuentan con una población flotante inmensa y variada, (se calculaba en 150.000 visitantes diarios la afluencia a AZCA), aunque la estratificación funcional de las grandes ciudades acabe siendo limitadora. Por su parte, los Centros periféricos, suburbiales, satélites, saben que deben contar con umbrales de demanda mínima casi cautiva, con entornos de accesibilidad horaria limitados, con redes viarias múltiples, etc. (Estos umbrales de demanda se suelen mover entre los 60.000 y 350.000 habitantes). Otra condicionante es la de seguridad, de locales y público, la protección ambiental, la condensación de la oferta en un espacio relativamente asimilable, sin grandes distancias, la visualización o información fácil y rápida de la oferta, el factor de asentamiento inicial o primero, etc. (Caso de Zamora, con dos propuestas de centros simultáneas)

8.3. / Particularidades:
Un reciente estudio nos indica que Madrid es en la actualidad, no sólo a nivel nacional, una de las capitales europeas con mayor número o proporción de centros comerciales cerrados en función de sus habitantes, y por densidad de su distribución territorial; se habla incluso de saturación del mercado. Muchos de ellos han surgido a partir de la articulación de la ciudad y la metrópoli por trozos independientes, urbanizaciones, barrios periféricos, expansión de los antiguos cascos metropolitanos rurales, etc. O sea, lo recomendado por Kevin Lynch allá en en 1962. Sin embargo, ello no ha contribuido a articular la metrópoli, ni mucho menos a la ciudad central, ni a impedir la presión de centralidad histórica sobre el Casco Antiguo principal, que sigue teniendo más, mejor, y más variada oferta, además de una mezcla urbana y de vida más rica.
Las últimas fórmulas promotoras en Centros Comerciales Cerrados, implican siempre la diversidad de la oferta, de la mezcla coherente entre abastecimiento ocasional y cotidiano, incluso en el caso de los que nacieron como cadenas de alimentación exclusivamente (EROZKI, PRYCA, CONTINENTE, ALFARO, etc.) , o de Ropa, como los ya mencionados históricos. Para lograrlo se acometen estrategias de implantación y minoración del impacto socioeconómico, y se trata de cumplir una doble finalidad, integrar al comercio pequeño como una forma para limar asperezas y enfrentamientos y reducir el impacto, y ceder un supuesto porcentaje de las “plusvalías” históricas y futuras a través de los ayuntamientos para que puedan ser dedicadas a apoyar el pequeño comercio o mejorar sus entornos urbanos (Caso del HIPERCORD de Pozuelo de Alarcón, Madrid. Caso del Centro Comercial Aluche, Idem de San Blas, Idem de Avila). Otra estrategia es incorporar a las franquicias, a las grandes cadenas nacionales o internacionales, sean de alimentación, ropa o restauración, e incorporar al ocio (cines, juegos, etc.). Existen gabinetes de expertos multidisciplinares para abordar estos proyectos (caso de PRYCA y EROZKI en Collado Villalba y Ávila), que son además promotores e inversores iniciales.
El impacto de “barrido” del pequeño comercio local que uno de estos macro o microcentros produce (en particular en sistemas periféricos suburbiales desarrollados, en barrios), es tan importante que ello ha motivado la presión de los pequeños comerciantes locales que han visto amenazado su propia sobrevivencia y han declarado la guerra. Sin embargo, esta guerra ha terminado siendo ganada por la modernización y especialización con división del trabajo de la promoción y gestión empresarial de los grandes centros, que han terminado integrando a los comerciantes locales más activos, más económicamente fuertes y más actualizados. En estas situaciones, los Centros Cerrados también han impactado de forma positiva, aunque relativamente, generando también un entorno externo de entronización de nuevo pequeño comercio que vive casi parasitariamente de lo que no alcanza a satisfacer el Centro Mayor. Pero para eso, el pequeño comercio debe también saber adecuar su oferta a esa energía remanente.
Otro caso de regeneración motivada por este tipo de impactos o preferencias de modernidad, lo constituye el antiguo Mercado Municipal, antiguo Centro Cerrado de Comercio mayoritariamente alimentario. Abandonado por su patrocinador y casero, el municipio, deteriorado por el paso del tiempo, con problemas de gestión, titularidad, formas de tenencia, etc. ha conseguido en algunos y pocos casos acceder a una completa renovación que busca, a veces sin lograrlo, parecerse a los Centros Cerrados privados. Se incorpora más comercio ocasional, se realiza una gran actualización y adecuación edificatoria y de ambientación, de imagen en definitiva, y se ceden locales para asociaciones de dinamización cultural local.

8.4. / Las últimas fórmulas
Los Centros Comerciales Cerrados de última generación, los que se ven en las películas de Hollywood entre persecución y persecución, los que se abren continuamente en el llamado primer mundo, son lugares de fantasía, palacios del consumo de Alí Babá y sus cuarenta ladrones, dignos de “Las 1.000 y una noches”. Espacios muy dinámicos, multiconectados, a varios niveles no completos, integrados en circulación por todo tipo de fantásticos sistemas mecánicos de comunicación, con sistemas centrales de gerencia, seguridad y gestión, con carencia de lugares muertos o rincones oscuros, salvo en el caso de ofertas de consumo que lo requieran (Guarderías, Juegos infantiles, aseos, etc.), perfectamente hilvanadas y localizadas todas sus ofertas, con facilidad de accesos y aparcamientos, con todo lujo de detalles, luces, animación, sonido, restauración masiva o selecta, etc.
Los últimos mejores ejemplos que conozco los he visto, curiosamente, en el frente o sector escaparate internacional de Buenos Aires, diseñados por un equipo especializado que está construyendo por todo el mundo, hasta en China y en Rusia, estos centros de la modernidad, del intercambio motivacional y vivencial aparente, y del mantenimiento del consumo de alto estandin. Centros de Consumo, Reunión e Intercambio o vivencia social, equipados con todos los adelantos técnicos imaginables, controlados por sistemas suprasensibles para regular el confort (luz, sonido, calefacción, refrigeración, etc.), con centralitas de seguridad, monitores, sistemas nocturnos de vigilancia, y últimamente, con sistemas digitales para la compra telemática por catálogo. La próxima renovación de los sistemas de consumo masivo parece venir por una mayor integración, por encontrarse no ya en un lugar, sino en un NO LUGAR: LA RED.

8.4./ Antagonismos menores:
Los Centros Comerciales Abiertos, que siempre existieron como realidad no asumida, surgieron como concepto y respuesta a ese impacto en el corazón de barrios y Ciudad Central, es decir de acuerdo y en función de la escala de rango tamaño de la ciudad o ente urbano y mercado posible. (Caso de Estella, Sangüesa, Villa del Prado, Collado Villalba, Calatayud, Palencia. Ayudas en Castilla y León, cursos gerenciales, seminarios, etc.)

9 / UNA CONCLUSION: Más bien desesperanzadora.
La Ciudad central, la Ciudad Madre Metropolitana, lleva más de 100 años en expansión, proceso acelerado a partir de la Segunda Guerra Mundial. Esa expansión, de tipo continuo, o en sistemas de núcleos semi aislados o enlazados, que a su vez crecen sobre su propio territorio, estaría llegando, para algunos historiadores o sociólogos urbanos, al límite tolerable, algo que ya se puso en cuestión, tanto en Europa como en Estados Unidos. ¡hace más de 150 años!.
En España -Madrid, Barcelona, Valencia, y otras grandes capitales autonómicas o regionales- generan atracción y expulsión de actividad, y consiguiente movilidad cotidiana de hombres, mercancías y servicios, hasta más allá de 80 kilómetros en torno, siempre de acuerdo a la calidad de las vías y sistemas de transporte del modelo central o radio concéntrico. La implantación del ferrocarril de alta velocidad, está forzando a que esa distancia se supere aún más, dando pié a corredores extra metropolitanos no continuos- Madrid-Ciudad Real, Madrid-Segovia, Madrid-Guadalajara, sino nucleares sobre los puntos de parada e intercambio. Es pues un límite continuamente superado que no genera en primera instancvia redes, sino sistemas lineales.
Mientras tanto, en el espacio más habitual o denso del intercambio cotidiano, en dependencia o función de la gran ciudad, el sistema se satura, se obsoleta rápidamente, provocando la congestión y el caos. A pesar de que la gran ciudad central esté continuamente, como siempre ha sucedido, segregando y externalizando funciones inadecuadas, la complejidad del sistema produce una innumerable variedad de intercambios de flujo de, a, y a través de, el denso tejido, recargando continuamente, y tornando inadecuado, el sistema de la red viaria, tanto a nivel ciudad como de metrópoli. Nuevamente el laberinto no hace más que crecer y complejizarse, tanto en redes públicas como privadas, y el transporte público y masivo, financiado y soportado desde las comunidades o el estado, no llega nunca a cumplir su función descongestiva y económica. La Ciudad ha dejado de ser bien de uso colectivo para convertirse en abuso económico, en mercado de control y explotación. La oferta inmobiliaria ya no responde a la demanda sino a la presión sobre el mercado de valores, a la búsqueda de la rentabilidad financiera. Y es esa presión, y el mal entendido celo político de los gobernantes, que prefieren antes que la calidad vivencial de los habitantes el triunfo propagandístico, la imagen internacional de gran ciudad, los valores escaparate, la captación del turismo a toda costa, el mantenimiento del clientelismo, los que conducen, bajo el simple devenir de las leyes de la explotación mundial, a ese proceso de crecimiento, acumulación o fagocitación sucesiva, absolutamente destructivo sobre el territorio, el medio ambiente, y el hombre.


Norberto Spagnuolo di Nunzio
Madrid, Julio de 2005