MONTEVIDEO, URUGUAY. DESCENTRALIZACION
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Descentralización en Montevideo: Intendencia municipal de Montevideo (Uruguay)
Fecha de referencia: 05-07-2000
Experiencia seleccionada en el Concurso de Buenas Prácticas patrocinado por Dubai en 2000, y catalogada como BEST. ( Best Practices Database.)
País/Country: Uruguay
Región según Naciones Unidas: América Latina
Región ecológica: costera
Ámbito de la actuación: ciudad
Instituciones: gobierno local.
Categorías = Buena gestión urbana: descentralización; apertura y transparencia. Participación ciudadana y riqueza cultural: educación cívica; participación comunitaria; riqueza social y cultural.
Contacto principal:
María Sara Ribero
Departamento de Descentralización
Avda. 18 de Julio 1360, piso 2
11200 Montevideo
Uruguay
Teléfono: 5982-9085502
Fax: 5982-9028110
e-mail: im1730881@piso2.imm.gub.uy
Tipo de organización: gobierno local
R E S U M E N
La política de descentralización participativa promovida por el Ayuntamiento de Montevideo tiene como principal objetivo la democratización social, y por tanto la participación de la pluralidad de actores en el diseño, construcción y control de las políticas públicas.
El proyecto busca acercar la actual experiencia del gobierno al entorno en el que los ciudadanos desarrollan su vida cotidiana y animarles a participar en la toma de decisiones y en la redistribución social del poder, con el fin de alcanzar una gestión responsable y eficiente, que permita mejorar la calidad de vida de la población.
El proceso comenzó en 1990 y se ha desarrollado durante diez años. Su principal logro ha sido la construcción gradual de un entorno local de gobierno en cada una de las 18 zonas en que se divide Montevideo. En estas zonas interactúa un organismo social de participación, un organismo de representación política y un servicio descentralizado municipal, cada uno de ellos claramente individualizados y compartiendo un área común donde sus recursos se ven maximizados.
La comunidad local ha ido participando gradualmente en la definición del presupuesto municipal, estableciendo sus prioridades con respecto a los problemas y a las inversiones necesarias. Se ha implicado en los procesos de planeamiento estratégico y en los Proyectos de Desarrollo Zonales. El gobierno municipal está poniendo en práctica una política de cooperación y de generación de acuerdos que forje nuevas uniones entre el Estado y la sociedad civil.
Se están desarrollando políticas sociales apropiadas para las zonas económicamente más débiles, siguiendo una estrategia que incluye la oferta de servicios y, al mismo tiempo, incorporando a los usuarios a la gestión de estos servicios, de manera que no sean meros receptores del servicio, sino protagonistas de éste.
Fechas clave
1990. División en regiones del departamento de Montevideo: se crean 18 distritos y se establecen los Centros Comunitarios de Zona. Se define el primer presupuesto de cinco años con la participación de la comunidad.
1992-1993. Forum de Montevideo I "Descentralización y Participación": Consulta abierta a los ciudadanos de Montevideo sobre las distintas modalidades de participación de los miembros de la comunidad en las Juntas Vecinales. Creación de los Concejos Locales y de las Juntas Vecinales. Los primeros funcionan como organismos políticos y los segundos como organismos sociales. Primeras elecciones para las Juntas Vecinales y su puesta en marcha.
1995. Segundo plan quinquenal establecido con la participación de la comunidad.
1996. Forum de Montevideo II "construyendo ciudadanos". Consulta abierta para evaluar el proceso de descentralización iniciado. Segundas elecciones para las Juntas Vecinales.
1998. Terceras elecciones para las Juntas Vecinales.
D E S C R I P C I Ó N
La experiencia está enfocada desde el punto de vista de la participación.
Situación previa a la iniciativa
En 1990 el proceso de descentralización del gobierno del Departamento de Montevideo se hizo efectivo.
Por primera vez en la historia de Uruguay las fuerzas unidas progresistas del Frente Amplio fueron elegidas para gobernar en la capital, con Tabaré Vázquez a su cabeza, como Alcalde. Al mismo tiempo las elecciones nacionales las ganó Luis Alberto Lacalle del Partido Nacional, que sustituyó como presidente a Julio María Sanguinetti del Partido Colorado, que es tradicionalmente el partido rival.
Después de doce años de dictadura (1973-1985) el gobierno de transición del Partido Colorado (1985-1989) condujo al país hacia un ajuste estructural que no fue apoyado por la población. De hecho en 1984 la población optó por el Partido Nacional (1990-1994), el cual, sin embargo, sólo reforzó la política económica del anterior gobierno, en un momento en el que el país estaba inmerso en su primera experiencia de "cohabitación política".
Establecimiento de prioridades
En un país con un contexto histórico como el uruguayo, unificado políticamente y tradicionalmente centralizado, la descentralización llega con retraso. Sólo en las elecciones de 1989 se convierte en un tema importante para la política nacional.
Todos los partidos políticos lo incluyen entre sus objetivos, y las fuerzas progresistas consiguen llevar el tema al primer plano del debate. En el marco de la reforma estatal y con el fin de dar respuesta a los problemas de los ciudadanos, se da prioridad a la descentralización, que aparece como una respuesta innovadora y muy apropiada para alcanzar las nuevas formas de gestión pública y las modalidades alternativas en la acción estatal.
Cuando el Frente Amplio fue elegido para gobernar en Montevideo, con el 35% de los votos, se puso en marcha un proceso de descentralización que hoy se encuentra en su décimo año.
Formulación de objetivos y estrategias
El objetivo del proceso de descentralización llevado a cabo por el gobierno de Montevideo es la democratización de la sociedad y la participación de la pluralidad de actores en el diseño, construcción y control de las políticas públicas. El proyecto conlleva la transferencia y la redistribución del poder social, político y económico, incorporando a la población a los procesos de toma de decisiones acerca de los temas de interés público. La idea es transformar la relación que existe entre el estado y la sociedad, creando un nuevo espacio público donde se debatan los temas de crucial importancia para la calidad de vida.
La descentralización, entendida como vía para alcanzar la democratización, promueve la participación como forma de representación directa en relación con los temas o problemas que requieren decisiones a nivel vecinal. Esta forma opera como complemento de las formas de representación tradicionales de la democracia, y por consiguiente refuerza la gobernabilidad.
El proceso se desarrolla a tres niveles que difieren conceptualmente, aunque están interrelacionados: descentralización administrativa o deconcentración, descentralización política y descentralización social. Su viabilidad está íntimamente ligada a la manera en que se interrelacionen los actores, esto es: la sociedad civil en toda su diversidad, los empleados municipales y el gobierno municipal.
Datos
Los departamentos son, en la práctica, el único nivel en que la descentralización territorial existe realmente, es decir, la descentralización sólo es efectiva por debajo del nivel territorial nacional, en el caso de Uruguay en los departamentos que corresponden a divisiones equivalentes a las provincias o las regiones de otros países. Los departamentos están gobernados por el Alcalde del Municipio (poder ejecutivo) y por el Concejo Departamental (poder legislativo). Los términos utilizados para designar la figura de gobierno en los departamentos son: gobierno departamental, gobierno municipal o municipalidad.
El Departamento de Montevideo es el más pequeño de las 19 jurisdicciones político-administrativas de Uruguay.
Su área es de 530 kilómetros cuadrados y su población de 1.330.405 habitantes, casi la mitad de la población de Uruguay (3.151.662 habitantes).
La ciudad del Montevideo, que posee un puerto natural, es la capital del Departamento y del país, y en ella se encuentran los tres poderes del Estado, además de ser el centro de la vida universitaria, artística y cultural. Alrededor del 50% de la industria, y prácticamente toda la actividad terciaria se centran en Montevideo. Su influencia va más allá de sus suburbios y constituye, por tanto, un área metropolitana. Por otro lado, es la base administrativa de MERCOSUR (Mercado Común de Suramérica).
El Frente Amplio es una coalición del ala izquierda que fue creada en 1971 siguiendo el programa del partido progresista. El Frente Amplio ganó las elecciones al gobierno de la ciudad de Montevideo en 1990 y en 1995. Es muy probable que el Frente Amplio gane las primeras elecciones municipales que se celebrarán al margen de las nacionales, en Mayo del 2000, siguiendo el reglamento constitucional de 1996. El Partido Nacional y el Partido Colorado son los dos partidos políticos que han estado en el poder a lo largo del siglo XX. El Nuevo Espacio es un pequeño partido progresista que reúne a una facción que se separo del Frente Amplio.
Las elecciones presidenciales, las legislativas y las departamentales se celebrarán al mismo tiempo, y el voto es obligado. Todos los ciudadanos mayores de 18 años deben votar. El número total de ciudadanos en edad de votar en Montevideo es de 1.055.000.
Proceso
El proceso de descentralización entró en efecto trece días después de que el gobierno tomase posesión de su cargo. El primer paso fue la división de Montevideo en 18 zonas y la creación de un Comite Especial para la Descentralización y la Participación. En cada una de las jurisdicciones se instaló un Centro Comunitario Zonal. Gracias a estos centros se entró en contacto con las organizaciones sociales y con la comunidad. También trajeron consigo ciertas actividades administrativas que irán aumentando a medida que el proyecto progrese.
Desde el comienzo, los miembros de la comunidad y los empleados municipales trabajan juntos, como líderes y como miembros de los Centros Comunitarios Zonales. Al principio se establecieron nuevas formas de interacción. Los diferentes puntos de vista y razonamientos de los protagonistas comenzaron a coexistir con un espacio público en expansión.
El resultado de esta fase fue la preparación de un presupuesto con los miembros de la comunidad. El Alcalde y los miembros de su gabinete visitaron la ciudad y hablaron con los representantes de cada barrio en las Asambleas Abiertas de Zona, buscando una orientación sobre las prioridades en la distribución de recursos dentro de cada jurisdicción. A estas asambleas asisten miembros de las Juntas Vecinales, de los comites temáticos, de las organizaciones sociales, de las organizaciones deportivas, de las organizaciones religiosas, los miembros del movimiento de cooperación, etc.
Esta metodología de toma de decisiones muestra la naturaleza de la reforma estatal a que se aspira y las formas de gobierno que se deben aplicar para desarrollar la gobernabilidad democrática.
En 1991, el cuestionamiento continuo a que se veía sometido el gobierno por parte de la oposición generó un clima que no contribuía a que avanzase la descentalización. El Alcalde convocó una reunión a la que asistieron delegados de todos los partidos políticos representados en el Concejo Departamental y los delegados que representaban al propio Alcalde, con el fin de intentar encontrar un consenso. Después de una dura negociación se llegó a un acuerdo. Este fue sometido a consideración por los miembros de varios Comites Zonales, que, en una asamblea departamental, el Forum de Montevideo I, aceptaron oficialmente el acuerdo.
Con este amplio apoyo social y político, en 1993 se crearon los Concejos Locales o Comites Especiales y las Juntas Vecinales. Los Concejos Locales constan de cinco miembros, son cuerpos del poder político ejecutivo designados por el Alcalde y reciben las propuestas que provienen de los partidos políticos. Las Juntas Vecinales son cuerpos sociales para la consulta y el control, y constan de entre veinticinco y cuarenta miembros elegidos por voto popular. En este mismo año (1993) se celebraron las primeras elecciones de este tipo y los representantes elegidos por voto popular comenzaron a trabajar.
Ambos organismos, en sus diferentes capacidades, se encargan de prever, organizar y controlar las actividades de la zona, así como de estudiar las necesidades y expectativas a corto y medio plazo.
En 1994 se empieza a trabajar en el Plan Estratégico de Montevideo buscando una estrategia para el desarrollo completo del departamento.
Esto implica intercambios entre los vecinos, los empleados municipales y el gobierno, y, dado que el presupuesto está elaborado en colaboración con los miembros de la comunidad, es una herramienta apta para construir con ella la democracia, y aún más, tiene un valor paradigmático. En cada una de las zonas, que a su vez estaban divididas en subzonas y unidades territoriales básicas, los ciudadanos de Montevideo trabajan juntos para diseñar un plan con objetivos claramente definidos, que guíe el proceso de desarrollo local a largo, medio y corto plazo.
Por otro lado, el arquitecto Mariano Arana, el nuevo Alcalde, designó los Consejos para el próximo período quinquenal, a partir de las propuestas formuladas por los distintos partidos políticos.
En aquel momento se encontraron otros tipos de apoyo: se institucionalizaron los organismos locales, el grado de conocimiento y la legitimidad del proceso aumentó, se tenía más experiencia; y los Centros Comunitarios Zonales estaban más organizados y disponían de más recursos materiales y humanos. Los métodos de consulta estaban consolidados y computados para decidir el ajuste de presupuesto anual en arreglo a los compromisos de gestión y para asegurar la monitorización del proceso.
En 1990 el presupuesto quinquenal presentaba una lista de necesidades elaborada por la población, y en 1995 los miembros de la comunidad pasaron a desarrollar planes de acción. Esto refleja la capacidad de la población y el nivel alcanzado de apropiación de la zona. Por otro lado, contribuye al aprendizaje del equipo de gobierno, integrando nuevos aspectos y prioridades que han sido sometidas a balance por la comunidad. Como resultado, comenzó una forma de intervención multisectorial de gran impacto local. Sus operaciones, como por ejemplo "Montevideo como lugar de construcción" responden a las prioridades locales a corto plazo, cubren varias áreas y requieren una acción coordinada por parte de las Unidades Centrales Especiales.
El proceso para establecer las prioridades en los gastos y en las inversiones exige muchas etapas y actores implicados. Siempre existe conflicto y confrontación, y por tanto se recurre a la negociación. Los acuerdos se desarrollan a nivel local principalmente, sin embargo se solicita la participación de un miembro del gobierno municipal.
Este proceso de toma de decisiones con base en la negociación, desarrolla e instituye nuevas actitudes y capacidades en relación a la gestión pública.
En 1998, se definió el Plan de Ordenación Territorial y se estableció una estrategia de construcción de la ciudad. Se visitan todas las zonas para consultar con los representantes de cada zona. El Consejo Departamental de Montevideo aceptó el Plan de Ordenación con un amplio respaldo político.
En Diciembre de 1999, el Alcalde Arana convoca una asamblea de Juntas Vecinales e inaugura el Plan Estratégico de Montevideo.
Al trabajar sobre unas bases más sólidas y con una población más acostumbrada a tratar directa y permanentemente con los problemas diarios, se obtienen más compromisos que en 1994. La Junta Vecinal, el Consejo Local y el Centro Comunitario Zonal con el apoyo del gobierno central, organizan las reuniones de zona, con el fin de ser capaces de elaborar un Plan de Desarrollo Zonal de diez años de duración.
Otro resultado de este segundo período con un partido progresista es la intensificación de la formación en los Centros Comunitarios Zonales y en las Juntas Vecinales.
Los presentes miembros del Consejo, que fueron elegidos en las terceras elecciones de Concejo en Octubre de 1998, se enfrentan al reto de aumentar la participación para trabajar en profundidad en el Plan de Desarrollo Zonal y en el presupuesto quinquenal para el período del 2001 al 2005.
Resultados obtenidos
Nos gustaría señalar algunos casos que pensamos que son significativos de la legitimidad alcanzada por el proceso y de su impacto en términos de participación, así como en la busca de nuevas relaciones entre el Estado y la los ciudadanos.
Después de diez años, la permanencia del proceso de descentralización, así como su gradual desarrollo, hablan elocuentemente: actualmente, 18 Juntas Vecinales y 18 Concejos Locales están en funcionamiento. El Organismo para la Participación Comunitaria, el Organismo para la Descentralización Política y el Centro Comunitario Zonal se han convertido en verdaderos puntos de referencia para las comunidades locales. Los Centros Comunitarios Zonales (18 en total) han alcanzado el rango de servicios, están mejor organizados y tienen más recursos humanos, materiales y económicos. Existe una importante política de formación dirigida a mejorar la calidad de los servicios. Por ejemplo, en el presente llevan a cabo 16 actuaciones, cuando en sus comienzos sólo llevaban 37. Muchas de estas actuaciones se hacen efectivas a nivel local sin intervención del poder central.
En el momento en que comenzó a funcionar, ya se habían celebrado tres elecciones de Juntas Vecinales. La población ha mostrado una participación creciente y sostenible. En 1993 votaron 68.553 ciudadanos de Montevideo, en 1995 votaron 82.496 y en 1998 fueron 106.909.
En las Elecciones Generales, el gobierno de Montevideo fue elegido con el 35% de los votos, y en 1995 consiguió el 44% de los votos. El escrutinio público llevado a cabo por seis empresas independientes, dan a Arana un respaldo del 60%. Esto le coloca como el candidato favorito para las siguientes elecciones departamentales. De ser así, las fuerzas progresistas entrarían en su tercer período de gobierno en Montevideo.
Los éxitos obtenidos por el Plan Estratégico de Montevideo se extendieron para formular los Planes de Desarrollo Zonales. En el presente existen 18 zonas divididas en subzonas y en unidades base, con el fin de constituir un Pleno de Trabajos de Zona que analizaría la situación y definiría objetivos. Para ello, un equipo local trabaja en coordinación con el nivel central.
La participación de la población en la elaboración del presupuesto se institucionalizó tanto para el Plan Quinquenal como para los Ajustes Anuales. Los métodos utilizados han mejorado, hay un proceso de circulación de información, de análisis y de formación de una lista de prioridades a nivel local, en interacción con el gobierno departamental que se ocupa de la negociación y de la gestión de acuerdos, la monitorización y el control. La monitorización está parcialmente computerizada y nos estamos moviendo hacia un sistema integrado de control de la gestión desde el área descentralizada.
Los ciudadanos han instituido una nueva forma de relación, siguiendo una estrategia de cooperación y de compromisos, estrechamente basada en la práctica. Implica a actores de los sectores tanto públicos como privados, a nivel nacional y departamental, al igual que a la Universidad de la República y a las organizaciones internacionales. Esto hace que las acciones municipales sean más efectivas, que se aprovechen mejor los recursos, que se amplifique la repercusión y que mejoren las relaciones entre los miembros.
Las áreas en que se ha aplicado esta fórmula son las áreas social, ambiental, cultural y los espacios públicos. Esto ha tomado la forma de acuerdos, colaboraciones y la concesión de obras públicas.
Las políticas sociales directas han sido en algunos casos totalmente innovadoras, y en otros casos se han mejorado los servicios o su cobertura.
Se han creado 18 Centros de Preescolar en las áreas periféricas. Se ha establecido un sistema de crédito para 16 de los centros que dan cabida a dos mil niños de edades comprendidas entre los cero y los cuatro años. El programa Apoyo Alimenticio suministra un millón y medio de litros de leche en polvo a 238 escuelas, y consta de centros de alimentación para 70.000 niños y adolescentes.
Se establecieron 6 Centros de Juventud, donde se ofrecen programas de apoyo al desempleo juvenil y otras actividades culturales. Nos gustaría mencionar el Festival de Teatro Juvenil que está trabajando en su novena edición. El crecimiento del grupo de teatro ha sido continuo.
Se establecieron siete Comunas de Mujeres, que son centros de reunión y de servicios para las mujeres de la comunidad. Se han puesto en marcha varios programas, como por ejemplo: cuidados sanitarios globales, igualdad de géneros, prevención d la violencia, formación, etc. Los Concejos Vecinales están compuestos por un 42% de mujeres.
En el campo de la tercera edad, se han creado lugares de reunión para actividades culturales, deportivas y recreacionales. El apoyo financiero se ha conseguido a través de la exoneración o a través de subsidios. También se han establecido dos Centros de Día.
Se han desarrollado varios programas de apoyo para personas discapacitadas: acuerdos de accesibilidad al mercado de trabajo, iniciativas para negocios, transporte gratuito (que abarca a 8.000 personas), vales especiales de descuento en compras (utilizados por 19.000 personas), psicoterapia, etc.
La Oficina de Suelo distribuyó donó 220 hectáreas para vivienda social.
La red de Centros de Salud y de Primeros Auxilios se ha extendido y reforzado, trabajando conjuntamente con los recursos del Plan de Servicios Zonal. A pesar de que el cuidado de la salud no atañe al nivel municipal en Uruguay, la cobertura de nuestro sistema alcanza a 280.000 habitantes de áreas desfavorecidas.
Entre 1990 y 1999, las policlínicas han aumentado de siete a veinte, y las consultas atendidas de 100.000 a 500.000 anuales. A esto debemos añadir 15 policlínicas de gestión comunitaria con las que se han alcanzado acuerdos.
Por otro lado, se han puesto en marcha, en colaboración con las escuelas, programas de control del crecimiento y de salud dental que afectan a 22.000 niños.
Las actividades culturales se han ampliado, mejorando la estructura, estimulando la producción artística y promoviendo actividades en cada zona. Se adquirió un gigantesco escenario y una carpa para las exhibiciones ambulantes. En cooperación con asociaciones de arte, organizamos talleres gratuitos de música, pintura, baile , teatro, etc.
Se han revitalizado 22 Bibliotecas y Centros Culturales en 18 jurisdicciones, y se organizan festivales de música, baile teatro y pintura de murales.
Con respecto a las políticas sociales indirectas, la inversión en los sistemas de drenaje se ha traducido en un aumento del número de ciudadanos servidos (del 78% al 90%). En diez años, se ha realizado el 33% de los trabajos necesarios para actualizar el antiguo sistema de drenaje que tiene ya 136 años de antigüedad. La pavimentación de calles ha aumentado hasta el 90%. La iluminación pública ha pasado de 24.500 luminarias a 64.000. Estos trabajos han cambiado el perfil de muchos barrios periféricos. Se han tomado decisiones de acuerdo con las necesidades de cada zona y mediante el contacto directo con sus habitantes.
Sostenibilidad
La sostenibilidad de un proceso de descentralización está directamente ligada a la voluntad política de los actores implicados, al apoyo social y político obtenido y al alcance y a la calidad de la participación. La viabilidad del proyecto se apoya en una estrategia basada en el diálogo continuado para compaginar los intereses encontrados, en la negociación para superar los conflictos y en la concertación para avanzar en la solución de los problemas públicos.
El proceso requiere un esfuerzo permanente y un apoyo continuado tanto en el momento de toma de decisiones como en el desarrollo de las actividades diarias. Mientras está siendo construido, es necesario el respaldo del gobierno central, de forma que éste coopere con su crecimiento, y le proporcione los elementos necesarios para su consolidación.
Nuestra experiencia nos ha demostrado que para todo grupo social es crucial preservar su autonomía y el derecho a tomar decisiones. Igualmente importante es establecer prácticas abiertas con grupos para la descentralización política. El respeto por la independencia de áreas específicas lleva a una buena interacción en las fases intermedias.
Para consolidar la reforma municipal, ha sido indispensable poner al día estructuras tradicionales, democratizar la acción municipal y desarrollar una administración eficaz, cara a cara con los ciudadanos.
Lecciones aprendidas
La gran lección a extraer de esta experiencia de la ciudad de Montevideo es ver cómo se potencian los recursos cuando se abren los campos de participación y de cooperación. La acción se enriquece con el conocimiento existente en la comunidad, el progreso se realiza desde la sociedad civil y se favorece la gobernabilidad.
A pesar de que aún quedan muchas demandas, se ha dado un paso en la educación civil. A medida que la población se familiariza con los problemas de la gestión municipal tiene acceso a la información que anteriormente permanecia oculta con los asuntos de Estado y adquiere, con el tiempo, la capacidad de analizar, evaluar y dar prioridad a los problemas. Así pueden llegar a la formulación de planes de acción, que se refieren a la totalidad del departamento y que contemplan diversidad de necesidades y prioridades.
El proceso de toma de decisiones necesita tener en cuenta intereses que están en conflicto, enfrentarse a sus diferencias y encontrar soluciones que contemplen todos los factores, tanto a nivel local comunitario como a nivel departamental.
Otra importante lección es que esta forma de dirigir los problemas públicos, obliga a los miembros del gobierno a buscar continuamente el respaldo de la comunidad, en el ir y venir de la vida diaria, con el fin de forjar puentes de unión entre la realidad percibida a nivel local y la realidad percibida desde la globalidad de la ciudad.
La descentralización exige un gran esfuerzo para cambiar la organización, la cultura institucional y la resistencia al cambio y al desarrollo de organismos descentralizados y oficinas no centralizadas.
Una visión integrada de la realidad que refleje las demandas de los actores en el territorio, llevó al diseño de respuestas integradas, que eliminaron la estructura compartimentada con que funcionaban las Unidades Centrales Especializadas. Ya que ni los actores municipales, incluyendo el gobierno, ni los actores sociales civiles tenían la formación necesaria para responder a la complejidad del proceso, la formación continuada se convirtió en un factor decisivo para el proyecto.
No hay duda de que los recursos municipales se asignan donde son más necesarios. Al tomar las decisiones desde el ámbito del día a día, las necesidades sociales se presentan con mayor claridad y el destino de los recursos tiende a ser cada vez más justo. Sin embargo, la forma de tomar decisiones y las relaciones entre los actores son complejas y es difícil armonizar el programa social y el político. Alcanzar esto sin restringir la participación es un reto pendiente. Existe un esfuerzo constante para mejorar la gestión en el tiempo necesario para transformar la burocracia y desarrollar la descentralización. Al mismo tiempo, se debe evitar la "descentralización de la descentralización", de manera que los problemas que el proyecto busca resolver no se reproduzcan en las áreas periféricas.
Transferibilidad
La experiencia de Montevideo se sitúa en un contexto específico, marcado por la estabilidad democrática, aunque interrumpida durante doce años por una dictadura similar a otras de la región, y la relativa integración de la ciudad a pesar del incipiente proceso de segregación que aún parece que se puede detener. La población de Montevideo está acostumbrada a tener acceso a los servicios básicos, situación que se ha heredado de un pasado en que existía un Estado benefactor, habita en un entorno natural favorable, relativamente homogéneo y con una importante clase media. El nivel educativo es alto (más del 90% de alfabetización) y fuertemente politizado. Por otra parte, Montevideo es una ciudad adecuada a su población que asciende a 1.300.000.
Teniendo en cuenta todo lo anterior, la descentralización participativa que se ha promovido puede ser, en términos generales, un modelo transferible, teniendo siempre en cuenta la importancia de la flexibilidad y la necesaria adaptación a los perfiles de identidad de otra sociedad.
Para hacer la reforma estatal posible, la voluntad política es un factor fundamental.
Otro factor importante es la firme decisión de transferir poder y tareas a los ciudadanos y promover la participación y la responsabilidad conjunta para guiar los asuntos públicos.
No debemos olvidar la importancia de construir un espacio público que no pertenezca al Estado y de seguir una estrategia de cooperación y de acuerdos con los distintos actores, de manera que la experiencia pueda implicar a la mayoría y cuente con el respaldo de una amplia base política y social. La naturaleza de la propuesta no es tarea de una administración, ni es propiedad del Estado, va más allá de las elecciones y necesita de toda la sociedad para poder echar raíces, progresar y mejorar la gobernabilidad.
El modelo debe tender a reconciliar la amplitud y la operatividad. Buscar la modalidad más eficiente y apropiada, que siempre es mejorable, es el verdadero reto para Montevideo y para cualquier otra experiencia.
A pesar de que la descentralización no es un objetivo en sí mismo, y ya que lo que buscamos es la democratización de la sociedad, cualquier intento debe procesarse en los tres niveles (social, político y administrativo) basándose en la regionalización del territorio y con la participación de los ciudadanos, trabajadores municipales y gobierno.
El proceso es gradual, con pasos hacia adelante y hacia atrás, necesita apoyo permanente, una evaluación y corrección continua, formación permanente y siempre se verá afectada por muchas tensiones. Estos no son signos de fracaso sino la manera natural de construir ciudades y de crear un nuevo tipo de gobernabilidad, nacida de "hacer con" y no solamente "hacer para".
Perfil Financiero
1996: 295 millones de dólares
1997: 316 millones de dólares
1998: 320 millones de dólares
El 78% del presupuesto se ha destinado a las Obras y Servicios Comunitarios y al Área Social, que incluye los costes de las obras públicas, las inversiones y los salarios.
Los gastos de la Administración General suponen el 22% restante.
En ambos casos, Obras y Servicios (51%) y Área Social (27%), las decisiones son de naturaleza mixta, implicando al nivel central y al descentralizado. Se estima que este último controla el 20% de los recursos dentro de ese 78%.
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